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“Convivir con una persona con el síndrome de Myhre no es fácil”, afirma Magdalena Dabrowska, a quien le diagnosticaron esta mutación ultra rara -con una prevalencia de un caso cada millón de personas- cuando tenía 19 años; hoy tiene 23 y comparte su situación con otras 12 personas en España, y cerca de 200 en todo el mundo. Magdalena vive en Legazpi desde los 3 años – nació en la ciudad polaca de Radom-, y trabaja en la planta industrial de Gureak, hace zumba, gimnasia, senderismo y participa en acciones de voluntariado. “Tengo problemas con la respiración por eso me tienen que operar de la ma…