Todos comemos en algún momento de manera emocional. No porque tengamos ese hambre fisiológico, sino porque a través de la comida queremos solventar una emoción que nos inquieta. ¿Cuántas veces al niño que se cae luego le damos una galleta para que se consuele?¿Te acuerdas de la película de Bridget Jones que se comía la tarrina de helado tras cortar con su novio? Esto es lo que nos cuenta en una entrevista con Europa Press Infosalus Ana Morales, psicóloga experta en nutrición emocional, y que acaba de publicar ‘¡Qué buena estoy! Tira las dietas a la basura y vive con salud emocional’ (La Esfera…