Laslluvias torrenciales y las inundaciones mortales que han azotado Europa central hicieron que todo lo demás pasara a un segundo plano esta semana. Más de una veintena de personas murieron en cuatro países cuando la borrasca Boris descargó en solo cuatro días hasta cinco veces la precipitación media de septiembre sobre partes de Austria, la República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia, convirtiendo regiones enteras en zonas catastróficas. Ciudades y pueblos quedaron devastados, mientras cientos de miles de personas se vieron obligadas a evacuar. Las autoridades nacionales estudiaron la posi…