El conservador Robinson McClellan rebuscaba entre una colección de recuerdos culturales en la cámara acorazada de la Biblioteca y Museo Morgan de Manhattan cuando descubrió un pequeño manuscrito deteriorado por polilla. En la esquina superior derecha había un nombre manuscrito que le resultaba familiar: Chopin. “Pensé: ¿Qué está pasando aquí? ¿Qué puede ser esto? No reconocía la música, explicó McClellan a ‘The New York Times’. Recurrió a Jeffrey Kallberg, uno de los principales especialistas en Chopin de la Universidad de Pensilvania, para que le ayudara a confirmar el origen del manuscrito. …