Cuando asumió el cargo de CIO en 2016, Lowry ya se había formado en un estilo de liderazgo más de zanahoria que de látigo. Trabajando en el sector público británico, había visto fracasar un programa de digitalización por culpa de una gestión de ordeno y mando, en la que los logros conseguidos con un enfoque muy centralizado se desbarataron rápidamente cuando el funcionario que llevaba el timón se marchó. “Todos los grandes departamentos fueron intimidados en una dirección determinada y se derrumbó cuando él ya no estaba allí. Se defendieron y recuperaron el terreno perdido”, explica Lowry, que…