El candidato reformista Masoud Pezeshkian ganó el sábado la segunda vuelta de las elecciones presidenciales iraníes, derrotando al candidato Saeed Jalili, que prometió acercarse a Occidente y suavizar la aplicación de la ley del velo obligatorio, tras años de sanciones y protestas que presionaron a la República Islámica. En su campaña, Pezeshkian no prometió cambios radicales en la teocracia chií de Irán y considera desde hace tiempo que el Líder Supremo, el ayatolá Alí Jamenei, es el árbitro final de todos los asuntos de Estado del país. Pero incluso los modestos objetivos de Pezeshkian se ve…