Un joven de 17 años, con el pelo rubio desgreñado, se subió a la balanza del Centro de Salud Familiar Tri-River de Uxbridge, en Massachusetts. Después que lo pesaran, caminó hacia un consultorio decorado con calcomanías de planetas y personajes de dibujos animados. Una enfermera le tomó la presión arterial. Un pediatra le preguntó por sus estudios, su vida familiar y sus amigos. Parecía un examen de rutina para adolescentes, de los miles que se hacen a diario en consultas pediátricas en el país. Hasta que el doctor Safdar Medina le preguntó: “¿Tienes deseos de consumir opioides?”. El paciente …