Drew Barrymore comenzó a trabajar antes de cumplir un año de vida, y a los siete ya era una auténtica estrella de cine. Detrás de las cámaras, la dulce niña de ‘ET’ llevaba una vida marcada por los excesos y el desenfreno como compañera de fiestas de su madre. A los 11 años ya había empezado a beber, y a los 13 fue enviada a una institución de rehabilitación para superar su problemas con las drogas y el alcohol.Aunque completó una estancia de 18 meses durante la que se rehabilitó y obtuvo la disciplina que le faltaba en casa, en realidad siguió bebiendo hasta 2019, cuando decidió abrazar por c…