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Como muchos estadounidenses, Noland Arbaugh siempre soñó con viajar a Francia y aprender el idioma, pero después de que un accidente lo dejara paralítico de los hombros para abajo hace ocho años, pensó que no sería posible. Hasta que el hombre más rico del mundo lo ayudó implantándole un chip en el cerebro. Arbaugh, que ahora tiene 30 años, es paciente de Neuralink, la empresa de Elon Musk. Recibió un implante cerebral en enero y, en marzo, Musk publicó un vídeo en el que jugaba al ajedrez en línea utilizando su mente para controlar el cursor. Antes de la operación, movía el cursor con un bast…

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