Cada 15 de agosto, Italia entera parece tomarse un descanso. En todo el país mediterráneo, las persianas de tiendas, bares y restaurantes se cierran con candado y se adornan con los carteles naranjas de “cerrado por vacaciones”. En todos los barrios, salvo en los más frecuentados por los turistas, no se encuentran más que las proverbiales plantas rodadoras. Es Ferragosto, la fiesta sagrada que, según los italianos, recuerda la época romana: Una celebración que el emperador Augusto concedía a su pueblo, incluidos los esclavos, como recompensa por una temporada de duro trabajo en el campo. En la…