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La adicción al vapeo de G Kumar alcanzó su punto álgido en la Universidad de Colorado, cuando los vapeadores saborizados desechables comenzaban a popularizarse. “Daba unas 1,200 bocanadas en una semana”, contó Kumar. El vapeo se convirtió en una adicción para él y sus amigos. Al igual que perder un celular, perder un vapeador desencadenaba una locura. “Tenía que estar junto a mi cabeza cuando me dormía por la noche y, por la mañana, tenía que revolver las sábanas para encontrarlo”, recordó Kumar. Él y sus amigos se enfermaban a menudo, incluso se contagiaron covid-19 unos a otros, y todo por v…

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