Las personas comen porque tienen hambre o por placer, incluso en ausencia de hambre. Mientras que la alimentación por hambre es fundamental para la supervivencia, la alimentación por gusto puede acelerar la aparición de la obesidad y los trastornos metabólicos asociados. Un estudio publicado en ‘Nature Metabolism’ revela circuitos neuronales en el cerebro de ratones que promueven la alimentación por hambre y suprimen la alimentación por placer. Los hallazgos abren nuevas posibilidades para desarrollar estrategias de lucha contra la obesidad. Según el doctor Yong Xu, coautor del estudio, profes…