Gerri Norington, de 78 años, nunca quiso estar sola al envejecer. Pero su primer matrimonio acabó en divorcio y su segundo marido murió hace más de 30 años. Cuando una relación de cinco años llegó a su fin en 2006, se encontró sola, y así sigue desde entonces. “Echo de menos tener un compañero con el que poder hablar y preguntarle ‘¿Qué tal el día?’ o ‘¿Qué opinas de lo que pasa en el mundo?’”, dijo Norington, que vive en un edificio de apartamentos para mayores en el South Side de Chicago. Aunque tiene una hija que la adora en la ciudad, “no quiero ser una carga para ella”, agregó. Norington …